Przekład na j. hiszpański, Renato Vásquez-Velásquez i Danuta Mucha
Wybrane wiersze
Potes
En todos los caminos los encuentro.
Incluso en el camino hacia el parque de atracciones.
Pero en ninguno hasta ahora me indica
El camino al...
¡¡CORAZÓN DE NIÑO!!
Pero en un momento yo vi en mis ojos un caminito,
pisado por las pezuñas de Pegaso.
Tan azul como la tinta que
ahora echo en el tintero.
Rápido entones tomo la pluma
y las palabras empiezan a crear rimas...
Tal vez en este caminito he conseguido
hacerlo más largo sea aunque por centímetros.
Verso – Barquita
Yo tallaba en la rama del tilo
con una navaja de lengua.
Para mis nietos para un juego.
Que se que por el se alegran,
que se hacen atrevidos
por charcos plateados....
Pues no puede viajar a lugares lejanos,
por grandes mares llenos de sal...
Pues en las cajas de a bordo
no son pensamientos de oro,
pero si guisantes de palabras
en verdes vainas.
Tejedora
Tan viejita, tan delicadita,
casi como estos telarcitos.
Tiene tal vez ochenta primaveras o más.
Tiene encorvado el arco de su espina.
Los ojos sin luz como consumidas candelas.
Cansada desde las manos hasta los codos.
Pero constantemente ya por la mañana
crea los colores del arco iris
y crea una urdimbre con las flores del prado...
Y yo quisiera colocarla en rimas
aunque por momentos me deba detener,
y aprender que palabras tejen los encajes.
Estos en estilos firmes.
En colores agradables y sólidos.
Porque los encajes creados en esta forma,
nunca se rompen en las manos
como una añeja telaraña,
cuando mis nietos tomen en el futuro mi caja.
Cuando creo versos…
Cuando creo versos para ustedes – niños –
siento como mis dedos,
incluso este anular,
se transforman en bolígrafos.
O en plumas.
Pero si lo hubiera estampara incluso en la vena
Letras de computadora en sus rimas,
si quedo a la sombra de los dedos de tilo
del poeta Jan de Czarnolas ...
Pero él tenía solo pluma de ganso.
Gran poeta polaco, Jan Kochanowski (1530-1584), vivió en campo llamado Czarnolas en Polonia (Europa) y creaba poemas bajo la sombra del tilo usando plumas del ganso.
Abuela
Abuela tiene tan blanco el cabello,
como hecho de copos
de todos los inviernos y primaveras.
Que son en ellos
todos otoños con sus veranos de San Martin...
Cabeza de abuela –
blanco crisantemo.
En el claro de la luna.
Y tan recientemente,
cuando mostrando sus delgadas piernitas
estaba acostada en el jardín,
agitando hojitas con las manos,
tu no podía diferenciar su cabeza
de flor de girasol.
De la aureola de sol.
Vuelo hacia ustedes – nietos
Vuelo hacia ustedes sobre Pegaso.
Galopo por afilados acantilados.
Con gotas del sudor sobre la frente.
Como llamas de fuego en mi lengua.
¡Arre! Mi alado bayo,
pues tu no deseas correr.
Yo debo en colinas de los corazones de mis nietos
sembrar granos de palabras en el momento exacto.
Para que no sea después rancio y viejo
estas espigas de oro,
mezclado con semillas de flores
en otoño época de cosecha.
En el jardín de la abuela
En el jardín de la abuela
están todos los colores de arco iris.
En el jardín de la abuela todos cantan y juegan.
De los colores de arco iris y de las notas de esta música,
La abuela crea versos para nosotros
como este de mimbres.
Ellos serán - dice – un simple ornamento,
y ella coloca en ellos su corazón.
Corazón tan delicado como el huevo de un pájaro,
porque duro como piedra no lo desea ningún niño.
Bufanda
Cuando como bufanda de manos, abuela,
tu enrollas nuestros cuellos,
por todo día tenemos ese calor.
Es nada, que esa bufanda sea un poco rugosa,
que no sea de lana de angora,
que es ribeteada con grácil ornamento.
Cuando jugamos en el patio,
a veces más animoso, más intrépidamente,
sentimos que la piel se eriza,
como franjas de dedos
nos coloca como trencillas y tirantes,
que no es nada mal con nosotros.
Verano en la casa de la abuela
Verano en la casa de la abuela
oler a de campo y prado.
Sobre la mesa hay una taza con leche.
Pan amarillo como girasol.
Cerca de la mesa – el abuelo viejo como un molino
con bigote de fibra de cáñamo.
Y tu – abuela – semejante a una gallina,
cuando te ocupan los nietos.
Palabris de ustedes
Palabras de ustedes, mis nietos,
son como portillos de Pegaso.
Aletas tan ondeantes.
Bajo la pezuñita parpadean chispitas.
En arco de la cola tienen mucha música verdadera,
que solo los versos trenzan en ellos,
como trenzas de crin.
Seto de mano
Manos de abuela - duras por el trabajo,
es mucho mas seguro el cerco de nuestra casa,
nuestra cerca.
Sobre palos hay de todo en su casa de campo:
ollas de arcilla,
viejas por el lavado de las camisas del abuelo,
ramas secas de yerbas para medicamento.
También hay todavía algunas gallinas
y gansos...
Para los viejos – dice – ya no es necesario mucho.
También comparte contigo todo que tiene.
Acá hay migaja para un pájaro.
Huesos para el perrito extraviado...
Para su familia y para los huéspedes
la cocherita cerca de abuela
siempre esta abierta de par en par.
A mi nieto
Por favor no enrolles tus manos en un rollo vacio,
no las enrolles, por favor, mi nieto.
Ábrelas anchamente a las gentes,
porque entregar es un gran arte.
Créeme, por favor, da palabras,
que todo esto que pones en ellas,
como notas en un pentagrama tus dedos
en alegre canción se crea.
Mia tu
A la memoria del padre de mi nieta
Mia tu, excelsa violinista,
con cuerdas de cabellos de oro...
Toca para mí por favor un verso,
pues sin tu voz sería
sordo.
Por los dedos de tu mano izquierda
del alma recoge los sonidos.
En la derecha pues esta tu arco.
Y yo cerca de esta música
en una coronita voy trenzar tus palabras
con una flor para el fabricante del violín,
que tu violín creaba.
Tilo
Este tilo les cantaba
como
canta una niñera sobre la cuna.
Antes el sol protegía
por paraguante de frios hojastitos.
Tal vez – nieto –crees alguna vez un verso
tanto bonito
como este creó
aca Jan de Czarnolas
Las flores de este tilo formaban
una almohadita bordada,
antes que la carcoma
comiera esta cuna de tilo.
Tal vez – nieta – por los violines
de este tilo, por punta de arco,
puedas tocar tan tiernamente, como tocó
en mi corazón Janko Muzykant
Janko Muzykant – un símbolo polaco, muchacho muy pobre que es protagonista de una novela del famoso escritor polaco Henryk Sienkiewicz (1846-1916).
Paloma
Bajaba volando del cielo hacia
la baranda del balcón
como bella nubecita
y miraba a la abuela con sus ojos como abalorios
como deseaba ser
si esto es seguramente ella.
Pues ella siempre le da de comer pan en su mano.
Pues ella incluso derrama sus lágrimas al tomarla.
Pues ella, como y el, tienen buen corazón.
Pues ella no tiene ni el pico ni
las garras de los pájaros peligrosos.
Con abuela de la mano
Con la abuela de la mano
Denme sus manos
como hojitas verdes
y vamos a pasear fuera de la ciudad.
Lejos, lejos,
detrás del bosques y los ríos,
detrás de la colina de mi infancia.
Y allá les mostraré
los paisajes
y el tiempo pasado en coronas de flores.
La belleza de ellos ante sus ojos
y ustedes muy cerca ellos
cerca de sus manos.
¿Pues que cosa mas hermosa
y mas valorada
puedo darles a ustedes – mis herederos –
además de estos pintorescos lugares,
que sin marcos de oro,
por sus colores se han pintado en mi corazón?
Molino de viento
Colorido es el campo mis padres
con el trigo en espigas, con filas de árboles.
Escuchando el canto de los pájaros.
Meditabundo en pasa el sol.
Dueño del campo.
De hectáreas.
Levantado sacos sobre sus hombros.
Molía granos del color del oro formando harina.
Para transformarse en pedazos de pan,
y aunque su tiempo ya se terminó,
y por el llano el viento pasa volando,
aunque la carcoma este royendo sus alas...
En los versos de la abuela el constantemente resuena.
Figura de un santo
Fue tallada por su abuelo – mis nietos.
En los años de su juventud.
Aunque sus manos eran duras por el trabajo en el campo
Eran tiernas para tallar.
Tallaba la rama de un árbol.
Que un rayo se rompió.
Y el abuelo bajo esta rama - como dijo –
solo un milagro el salvó.
Por eso esta figura de santo
tiene una frente tan triste
y el relámpago en sus pupilas.
Dos gotas de lluvia como lágrimas
corren por su cara...
Y esta acá ya medio siglo
como pararrayos entre caminos.
Todos sienten con él seguridad.
Nadie tiene miedo a la tormenta.
Espantapájaros
Cuando el pan no esta a tiempo antes de la cosecha,
cuando la caza disminuye,
nuestra abuela culpa
por eso al espantapájaros.
Porque él es amigo
de cada pájaro dañino
en el campo.
Para cada pájaro dañino
él es un buen tipo.
Pájaro dañino abriré a picotazos el grano.
Para nosotros entonces son insignificantes
la recolección de los cereales
y pueden ser menor
de lo que siembras.
Y estos pajaritos
cuando están alegres
pueden al espantapájaros
ensuciarle el sombrero.
El baile
Ir de fiesta al viento con la acacia
en un folclórico ritmo.
Izquierda, derecha luego dar vuelta
Como una muchacha.
Tan adecuada es para él
esta danzante
que se puede ver,
que pierda sus zapatos
y que revolotee la falda.
Y que ella al carcomerse se desmoronase -
miren mis nietos.
Caen las hojitas amarillas de su cabeza
como cabellos de su peluca.
Y cuando este viento calienta su cabeza
- se pueden recostar junto a ella.
Manzanilla
Pues miren ustedes
como tranquilamente
parpadea al sol la manzanilla.
Acá, en lo profundo entre las malas yerbas,
es dueña de su flor.
Pues ninguno sabe, incluso en esta seducción a la mariposa,
no se atreve a inclinarse en este lugar.
Ustedes también – mis flores – no la pueden apresar en este lugar.
Ni para una coronita.
Ni para un ramillete.
La abuela tampoco bebe de ella como medicamento.
Acá, entre las malas yerbas, florece
y entre las malas yerbas ha de secarse.
Guirnalda
- Siéntate abuela, acá en este muro
a la sombra del peral silvestre.
Fabián te recoge flores,
mientras yo trenzo una corona para ti.
Voy a trenzarla maravillosamente,
de la forma como tu trenzas las palabras en un verso
¿Podría… tal vez
conseguir con ellas rimar?
- Voy a ser muy feliz – mi nieta –
Cuando tú la coloques sobre mi cabeza.
Que me envidien otros poetas
en coronas de laurel.
Caras
- Cuantas caras miraba
en el espejo de este río?
Caras… una y otra vez.
Puedo desvanecerlas con flores
en la primavera con la delicada margarita.
con la coqueta rosa en el verano,
y ahora, en otoño,
con el crisantemo marchito como corona.
- Y en el invierno, abuela?
No estoy segura,
podría ser con los corazoncitos de ustedes disecados.