Con abuela de la mano

Wydawnictwo Primera Edición Editorial 
La Imageny y La Letra - Impreso Guatemala 
i Wydawnictwo Temat, Bydgoszcz 2008 
Redaktor Justyna Lewańska. 
Ilustracje Wojciech Górka 
Posłowie Ryszard Waksmund, Uniwersytet Wrocławski 
Przekład na j. hiszpański, Renato Vásquez-Velásquez i Danuta Mucha  

Wybrane wiersze

Potes

En todos los caminos los encuentro. Incluso en el camino hacia el parque de atracciones. 
Pero en ninguno hasta ahora me indica El camino al... 
                               ¡¡CORAZÓN DE NIÑO!! 
Pero en un momento yo vi en mis ojos un caminito, 
pisado por las pezuñas de Pegaso. 
Tan azul como la tinta que 
ahora echo en el tintero. 

Rápido entones tomo la pluma 
y las palabras empiezan a crear rimas...
Tal vez en este caminito he conseguido 
hacerlo más largo sea aunque por centímetros. 
Verso – Barquita 

Yo tallaba en la rama del tilo 
con una navaja de lengua. 
Para mis nietos para un juego. 
Que se que por el se alegran, 
que se hacen atrevidos 
por charcos plateados.... 
Pues no puede viajar a lugares lejanos, por grandes mares llenos de sal... 
Pues en las cajas de a bordo 
no son pensamientos de oro, 
pero si guisantes de palabras 
en verdes vainas. 
Tejedora

Tan viejita, tan delicadita, 
casi como estos telarcitos. 
Tiene tal vez ochenta primaveras o más. 

Tiene encorvado el arco de su espina. 
Los ojos sin luz como consumidas candelas. Cansada desde las manos hasta los codos. 

Pero constantemente ya por la mañana 
crea los colores del arco iris 
y crea una urdimbre con las flores del prado... 
Y yo quisiera colocarla en rimas 
aunque por momentos me deba detener, 
y aprender que palabras tejen los encajes. 

Estos en estilos firmes. 
En colores agradables y sólidos. 
Porque los encajes creados en esta forma, 
nunca se rompen en las manos 
como una añeja telaraña, 
cuando mis nietos tomen en el futuro mi caja. 
Cuando creo versos…

Cuando creo versos para ustedes – niños – 
siento como mis dedos, 
incluso este anular, 
se transforman en bolígrafos. 
O en plumas. 

Pero si lo hubiera estampara incluso en la vena 
Letras de computadora en sus rimas, 
si quedo a la sombra de los dedos de tilo 
del poeta Jan de Czarnolas ... 
Pero él tenía solo pluma de ganso. 



Gran poeta polaco, Jan Kochanowski (1530-1584), vivió en campo llamado Czarnolas en Polonia (Europa) y creaba poemas bajo la sombra del tilo usando plumas del ganso.
Abuela

Abuela tiene tan blanco el cabello, 
como hecho de copos 
de todos los inviernos y primaveras. 
Que son en ellos 
todos otoños con sus veranos de San Martin... 
Cabeza de abuela – 
blanco crisantemo. 
En el claro de la luna. 

Y tan recientemente, 
cuando mostrando sus delgadas piernitas
estaba acostada en el jardín, 
agitando hojitas con las manos, 
tu no podía diferenciar su cabeza 
de flor de girasol. 
De la aureola de sol. 
Vuelo hacia ustedes – nietos 

Vuelo hacia ustedes sobre Pegaso. 
Galopo por afilados acantilados. 
Con gotas del sudor sobre la frente. 
Como llamas de fuego en mi lengua. 

 ¡Arre! Mi alado bayo, 
pues tu no deseas correr. 
Yo debo en colinas de los corazones de mis nietos 
sembrar granos de palabras en el momento exacto. 

Para que no sea después rancio y viejo 
estas espigas de oro, 
mezclado con semillas de flores 
en otoño época de cosecha. 
En el jardín de la abuela 

En el jardín de la abuela 
están todos los colores de arco iris. 
En el jardín de la abuela todos cantan y juegan. 

De los colores de arco iris y de las notas de esta música, 
La abuela crea versos para nosotros 
como este de mimbres. 

Ellos serán - dice – un simple ornamento, 
y ella coloca en ellos su corazón. 

Corazón tan delicado como el huevo de un pájaro, 
porque duro como piedra no lo desea ningún niño. 
Bufanda 

Cuando como bufanda de manos, abuela, 
tu enrollas nuestros cuellos, 
por todo día tenemos ese calor. 
Es nada, que esa bufanda sea un poco rugosa,
que no sea de lana de angora, 
que es ribeteada con grácil ornamento. 

Cuando jugamos en el patio, 
a veces más animoso, más intrépidamente, sentimos que la piel se eriza, 
como franjas de dedos 
nos coloca como trencillas y tirantes, 
que no es nada mal con nosotros.  
Verano en la casa de la abuela

Verano en la casa de la abuela 
oler a de campo y prado. 
Sobre la mesa hay una taza con leche. 
Pan amarillo como girasol. 
Cerca de la mesa – el abuelo viejo como un molino 
con bigote de fibra de cáñamo. 
Y tu – abuela – semejante a una gallina, cuando te ocupan los nietos. 
Palabris de ustedes 

Palabras de ustedes, mis nietos, 
son como portillos de Pegaso. 

Aletas tan ondeantes. 
Bajo la pezuñita parpadean chispitas. 
En arco de la cola tienen mucha música verdadera, 

que solo los versos trenzan en ellos, 
como trenzas de crin.   
Seto de mano

Manos de abuela - duras por el trabajo, 
es mucho mas seguro el cerco de nuestra casa, 
nuestra cerca. 

Sobre palos hay de todo en su casa de campo: 
ollas de arcilla, 
viejas por el lavado de las camisas del abuelo, 
ramas secas de yerbas para medicamento. También hay todavía algunas gallinas 
y gansos... 

Para los viejos – dice – ya no es necesario mucho. También comparte contigo todo que tiene. 
Acá hay migaja para un pájaro. 
Huesos para el perrito extraviado... 
Para su familia y para los huéspedes 
la cocherita cerca de abuela 
siempre esta abierta de par en par.  
A mi nieto 

Por favor no enrolles tus manos en un rollo vacio, no las enrolles, por favor, mi nieto. 
Ábrelas anchamente a las gentes, 
porque entregar es un gran arte. 

Créeme, por favor, da palabras, 
que todo esto que pones en ellas, 
como notas en un pentagrama tus dedos 
en alegre canción se crea.  
Mia tu 

                         A la memoria del padre de mi nieta


Mia tu, excelsa violinista, 
con cuerdas de cabellos de oro... 
Toca para mí por favor un verso, 
pues sin tu voz sería 
sordo. 

Por los dedos de tu mano izquierda 
del alma recoge los sonidos. 
En la derecha pues esta tu arco. 

Y yo cerca de esta música 
en una coronita voy trenzar tus palabras 
con una flor para el fabricante del violín, 
que tu violín creaba. 
Tilo 

Este tilo les cantaba como 
canta una niñera sobre la cuna. 
Antes el sol protegía 
por paraguante de frios hojastitos. 

Tal vez – nieto –crees alguna vez un verso 
tanto bonito 
como este creó 
aca Jan de Czarnolas 

Las flores de este tilo formaban 
una almohadita bordada, 
antes que la carcoma 
comiera esta cuna de tilo. 

Tal vez – nieta – por los violines 
de este tilo, por punta de arco, 
puedas tocar tan tiernamente, como tocó 
en mi corazón Janko Muzykant  



Janko Muzykant – un símbolo polaco, muchacho muy pobre que es protagonista de una novela del famoso escritor polaco Henryk Sienkiewicz (1846-1916).



Paloma

Bajaba volando del cielo hacia 
 la baranda del balcón 
como bella nubecita 
y miraba a la abuela con sus ojos como abalorios 
como deseaba ser 
si esto es seguramente ella. 

Pues ella siempre le da de comer pan en su mano. 
Pues ella incluso derrama sus lágrimas al tomarla. 
Pues ella, como y el, tienen buen corazón. 
Pues ella no tiene ni el pico ni 
las garras de los pájaros peligrosos.  
Con abuela de la mano

Con la abuela de la mano 
Denme sus manos 
como hojitas verdes 
y vamos a pasear fuera de la ciudad. 
Lejos, lejos, 
detrás del bosques y los ríos, 
detrás de la colina de mi infancia. 

Y allá les mostraré 
los paisajes 
y el tiempo pasado en coronas de flores. 
La belleza de ellos ante sus ojos 
y ustedes muy cerca ellos 
cerca de sus manos. 

¿Pues que cosa mas hermosa 
y mas valorada 
puedo darles a ustedes – mis herederos – 
además de estos pintorescos lugares, 
que sin marcos de oro, 
por sus colores se han pintado en mi corazón? 
Molino de viento 

Colorido es el campo mis padres 
con el trigo en espigas, con filas de árboles. 
Escuchando el canto de los pájaros. Meditabundo en pasa el sol. 
Dueño del campo. 
De hectáreas. 
Levantado sacos sobre sus hombros. 
Molía granos del color del oro formando harina. 
Para transformarse en pedazos de pan, 
y aunque su tiempo ya se terminó, 
y por el llano el viento pasa volando, 
aunque la carcoma este royendo sus alas... 
En los versos de la abuela el constantemente resuena.    
Figura de un santo 
                      
Fue tallada por su abuelo – mis nietos. 
En los años de su juventud. 
Aunque sus manos eran duras por el trabajo en el campo 
Eran tiernas para tallar. 
Tallaba la rama de un árbol. 
Que un rayo se rompió. 
Y el abuelo bajo esta rama - como dijo – 
solo un milagro el salvó. 

Por eso esta figura de santo 
tiene una frente tan triste 
y el relámpago en sus pupilas. 

Dos gotas de lluvia como lágrimas 
corren por su cara... 
Y esta acá ya medio siglo 
como pararrayos entre caminos. 
Todos sienten con él seguridad. 
Nadie tiene miedo a la tormenta. 
Espantapájaros 

Cuando el pan no esta a tiempo antes de la cosecha, 
cuando la caza disminuye, 
nuestra abuela culpa 
por eso al espantapájaros. 
Porque él es amigo 
de cada pájaro dañino 
en el campo. 
Para cada pájaro dañino 
él es un buen tipo. 
Pájaro dañino abriré a picotazos el grano. Para nosotros entonces son insignificantes 
la recolección de los cereales 
y pueden ser menor 
de lo que siembras. 
Y estos pajaritos 
cuando están alegres 
pueden al espantapájaros 
ensuciarle el sombrero. 
El baile 

Ir de fiesta al viento con la acacia 
en un folclórico ritmo. 
Izquierda, derecha luego dar vuelta 
Como una muchacha. 
Tan adecuada es para él 
esta danzante 
que se puede ver, 
que pierda sus zapatos 
y que revolotee la falda. 
Y que ella al carcomerse se desmoronase - 
miren mis nietos. 
Caen las hojitas amarillas de su cabeza 
como cabellos de su peluca. 
Y cuando este viento calienta su cabeza 
- se pueden recostar junto a ella. 
Manzanilla
                      
Pues miren ustedes 
como tranquilamente 
parpadea al sol la manzanilla. 
Acá, en lo profundo entre las malas yerbas, 
es dueña de su flor. 
Pues ninguno sabe, incluso en esta seducción a la mariposa, 
no se atreve a inclinarse en este lugar. 
Ustedes también – mis flores – no la pueden apresar en este lugar. 
Ni para una coronita. 
Ni para un ramillete. 
La abuela tampoco bebe de ella como medicamento. 
Acá, entre las malas yerbas, florece 
y entre las malas yerbas ha de secarse.  
Guirnalda 

- Siéntate abuela, acá en este muro 
a la sombra del peral silvestre. 
Fabián te recoge flores, 
mientras yo trenzo una corona para ti. 

Voy a trenzarla maravillosamente, 
de la forma como tu trenzas las palabras en un verso 
¿Podría… tal vez 
conseguir con ellas rimar? 

- Voy a ser muy feliz – mi nieta – 
Cuando tú la coloques sobre mi cabeza. 
Que me envidien otros poetas 
en coronas de laurel. 
Caras 

- Cuantas caras miraba 
en el espejo de este río? 
Caras… una y otra vez. 

Puedo desvanecerlas con flores 
en la primavera con la delicada margarita. 
con la coqueta rosa en el verano, 
y ahora, en otoño, 
con el crisantemo marchito como corona. 

- Y en el invierno, abuela? 

No estoy segura, 
podría ser con los corazoncitos de ustedes disecados.  
Nieta, primaverita mia… 

Nieta, primaverita mía, 
que época de año será 
después de mi invierno? 
Si tendrá entonces vestido verde 
y largas trenzas el sauce? 

Porque no puedo ver el calendario 
mis ojos se empañan. 

¿Nieto, mañana mía, 
que época de año será 
después de mi noche? 
¿Si tendrán después vocecitas los pájaros 
y los ojos azules? 

Porque no puedo ver el reloj 
a mis lentes se les rompió el cristal. 

Y si estas dos épocas pueden tener 
sonrisas de niños en sus caras? 
Y si tienen los prados flores 
para el mellado Pegaso? 

(c)2021, Wszelkie Prawa Zastrzeżone

Na stronie wykorzystano ilustracje Joanny Hrk z tomów wierszy 
Karoliny Kusek pt.: "Objęłam spojrzeniem świat dziecka" i "Dzieci Marsa"